con la pantalla en negro el poder ya no tendrá opción,
perderá su vía favorita para anestesiar a la población.
El altavoz de su vil propaganda y su sesgada opinión.
Adiós tertulianos, fanáticos, busca vidas y caraduras.
Adiós informativos deprimentes, adiós al ocio basura.
Sin publicidad televisiva, quizá se acabe el consumo
y abráis los ojos, cuando desaparezca todo el humo.