Los lunes al
sol y los domingos contigo a solas,
después de
currar más de diez horas, las letras me salen solas.
Me escribo
en menos de hora una letra de cuatro días
y te cuento
mis miserias sólo para que sonrías.
Esto es mi
maldita puta vida, vivir escribiendo hasta el final,
ningún padre debería enterrar a su hijo, no quiero un funeral.
Si muero que
me prendan fuego como a un puto canuto,
que el mundo
sonría otra vez y sólo mi cuaderno este de luto.