lo convertí en tu príncipe azul oscuro, casi negro.
Dibujé un smile llorando, abandoné un cadáver,
pinté sus uñas con sangre, más cruel cada vez.
Rara vez, ellos me cogerán a tiempo, con vida,
voy a matar mi maldita conciencia, a sangre fría.
Ni con ciencia, ni con psicología me entenderían,
hacer la cara en la pared no es para que sonrían.
