Para que me quieras como yo te quiero,
cogí el infinito y lo multipliqué por cero,
surqué el cielo con un halcón perdiguero,
caminé sobre el fuego y el frío del acero.
Robé la luna y la metí en un puto agujero,
acaricié el sol, me seque en un aguacero.
Te quise, te ignoré y te abandoné luego,
para que me quieras como yo te quiero.